El Faro

Nuestra guía en la oscuridad. La luz al final del sendero. Nuestro norte, nuestro eje, nuestro punto de partida. Inmenso, imponente, avasallador, hermoso. Nuestro verdadero camino. Nuestra salvación a todos los peligros que nos rodean. La simpleza materializada en la inmensidad del mar. NUESTRO REFUGIO.
Sí, eso me gusta más, por que haber estado ahí fue como sentirme en casa. Seguridad, protección, tranquilidad, y paz fue lo que experimente. Volvería, una y mil veces, a ese lugar. 
En cada viaje, en cada cambio que emprenda en mi vida,  en todas las metamorfosis que sufra a lo largo de mi existencia, buscaré un faro que me guíe, que me proteja, y me de la seguridad de saber que ante cualquier inmensidad, cualquier tormenta, o cualquier mar de dudas, sentimientos e incertidumbres que pueda tener, siempre habrá un lugar donde me sienta como en casa. Siempre habrá un faro que me indique el camino a seguir, y eso ya es esperanzador.



La Paloma - Uruguay.

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