IMPERMANENCIA
Permanecer es "mantenerse sin mutación en un mismo lugar, estado o calidad". Lo impermanente es la incapacidad de la realidad de mantenerse en un mismo lugar, estado o calidad. Nuestro mundo es cambiante, como nuestros pensamientos y nuestros cuerpos.
¿A qué podemos llamar permanente en nuestras vidas, si desde que nacimos nuestro propio cuerpo no ha cesado de cambiar y está destinado a morir? Las sensaciones traen apegos y la pérdida de lo que amamos nos trae sufrimiento. En todo encontramos impermanencia y, pese a ellos, nos aferramos a nuestras pasiones y a nuestras posesiones, al punto de que somos capaces de sacrificar por ellas nuestra salud, nuestra paz y hasta nuestras vidas. Como enseñó Buda, aferrándonos a nuestras pasiones somos como el que lleva una antorcha contra viento. Fácil es que nos quememos la mano.
Cuando nos aferramos a las sensaciones y a las posesiones, queremos que esos estados de felicidad, gozo o dominio sean permanentes. Pero la realidad no es así, y al no ser del modo que queremos, en medio del hermoso juego encontramos el sufrimiento. Y aunque temporalmente pudiera parecer así, la eventualidad de las pérdidas es capaz de robarnos el sueño.
Algo que leí por ahí, en alguna que otra página. Este texto es de esos escritos breves, pero que dejan una enseñanza enorme. Me gustó, lo comparto con ustedes.
¿A qué podemos llamar permanente en nuestras vidas, si desde que nacimos nuestro propio cuerpo no ha cesado de cambiar y está destinado a morir? Las sensaciones traen apegos y la pérdida de lo que amamos nos trae sufrimiento. En todo encontramos impermanencia y, pese a ellos, nos aferramos a nuestras pasiones y a nuestras posesiones, al punto de que somos capaces de sacrificar por ellas nuestra salud, nuestra paz y hasta nuestras vidas. Como enseñó Buda, aferrándonos a nuestras pasiones somos como el que lleva una antorcha contra viento. Fácil es que nos quememos la mano.
Cuando nos aferramos a las sensaciones y a las posesiones, queremos que esos estados de felicidad, gozo o dominio sean permanentes. Pero la realidad no es así, y al no ser del modo que queremos, en medio del hermoso juego encontramos el sufrimiento. Y aunque temporalmente pudiera parecer así, la eventualidad de las pérdidas es capaz de robarnos el sueño.
Algo que leí por ahí, en alguna que otra página. Este texto es de esos escritos breves, pero que dejan una enseñanza enorme. Me gustó, lo comparto con ustedes.
