A veces cuando te pasan tantas cosas, cuando los sentimientos te desbordan, cuando la mente te va a mil por hora o cuando tu vida está más movilizada que lo normal lo único que podes llegar hacer es quedarte quieto. Mirar, observar, sentir, pensar, todo desde tu posición, desde donde podes o mejor te sale. Si accionas, las consecuencias pueden ser las menos esperadas y queridas.
Ante tantas cosas, uno siempre atina a permanecer quieto. Quieto ante la vida, mirando como pasa, como suceden las cosas. Para muchos esa actitud es impensable y hasta incorrecta, pero a veces es la única salida decente.
Cuando todo te soprepasa y no sabes cómo actuar, lo mejor que podes hacer es no accionar. Ser inmune ante todo, mirar, observar, callar. Quizás cuando la marea baje, y el horizonte sea más nítido, tengas las fuerzas necesarias para ir hacia él. Hacia tus metas, tu futuro. Lograr los sueños que siempre soñaste pero que, por un tiempo, estuvieron en stand by.